Vínculos y rol de las familias en la virtualidad.
- Fernanda Falco y Melisa Arean
- 31 mar 2021
- 4 Min. de lectura
Areán, Melisa y Falco, Fernanda
Palabras clave: Escenario lúdico – Vínculos – Juego – Familia – Creatividad – Infancias – Cuerpo.
El presente artículo surge de nuestra experiencia de trabajo durante el año 2020 como psicomotricistas en diferentes Centros de Primera Infancia (CPI).
Al momento de reformular las propuestas que cada CPI ofrecía de manera presencial, ahora a distancia y en modalidad virtual, nos encontramos con una serie de obstáculos, entre los cuales resaltamos:
Las dificultades y diferencias en el acceso a las tecnologías y la telecomunicación (tanto de las familias como del personal de los CPI).
La imposibilidad del contacto directo con los niños y las niñas.
La falta de espacio y materiales adecuados para realizar las actividades en las casas.
Los interrogantes que nos convocan a repensar nuestra práctica en este contexto novedoso son: ¿Cómo sostener algo de la experiencia corporal en el jugar a través de la virtualidad? ¿Cómo y qué es posible de ser transmitido a las familias en esta situación? ¿Cómo crear una propuesta que motive y convoque tanto a las infancias como a las familias (entendiendo que son el nexo necesario) usando a la vez herramientas tecnológicas y recursos materiales accesibles?
Desde nuestra formación sostenemos que lo que permite que una propuesta se torne una experiencia significativa, no es la actividad en sí misma, sino el vínculo con la otra persona involucrada. En esta línea, Daniel Calmels sostiene que “no existen carencias por falta de estímulos, sino por la ausencia de vínculos estimulantes” (Calmels, 2010, p. 54).
A partir de esta reflexión consideramos pertinente poner el acento en el intercambio con las familias de los/las niños/as, coordinando los esfuerzos para que la labor y la comunicación se enriquezcan.
En esta línea compartimos una de las actividades que consideramos pertinente para trabajar con los/las niños/as y sus familias desde su hogar: armar un “Escenario Lúdico”.
“Los escenarios lúdicos son espacios de juego creados para que los niños y las niñas jueguen con mayor libertad. (...) Cuanto más desestructurado sea el escenario lúdico, más posibilidades creativas tendrán los niños y las niñas, para resignificar cada objeto, el espacio, pero sobre todo para crear sus propias historias y reglas de juego. (…) De la misma manera pensamos el rol de los adultos, en estas propuestas los adultos nos sumamos a las propuestas de los niños y las niñas acompañando sus exploraciones y propuestas” (IPA, s.f., p.1).
Durante esta actividad no se dirige el accionar con consignas verbales, se da tiempo para que cada niño/a observe y explore los objetos, y luego elija con qué y a qué quiere jugar. El rol de los/las adultos/as es proponer y el de los/las niños/as disponer.
¿Cómo pensar entonces una propuesta de escenario lúdico en las casas?
Identificamos tres ejes centrales cuyo sentido es necesario sostener, mientras que otras variables pueden modificarse, en la conformación de esta propuesta:
El espacio-tiempo. Debe haber un tiempo dedicado a la propuesta de juego, en el que la persona a cargo pueda estar disponible para acompañar el jugar. También resulta necesario repensar el espacio físico cotidiano para armar esta actividad en casa (sirve delimitar el campo de juego, marcándolo con tiza o cinta, o colocando una tela sobre la cual jugar).
Los objetos. Se pueden ofrecer objetos que haya en la casa, siempre que sean seguros para el juego. Es importante tener presente que no siempre “más es mejor”, es preferible ofrecer menos objetos por vez, facilitando la elección y dejando espacio libre para la acción corporal del niño/a.
Los/las otros/as. Una vez armado el escenario, los/las adultos/as acompañan y sostienen la exploración por parte del niño/a. Se trata de habilitar un espacio potencial donde el/la niño/a pueda poner en juego aquello que necesite.
“Las reglas del juego surgen espontáneamente y se van reinterpretando y ajustando a la deriva lúdica, dando lugar a la complejidad y a la singularidad” (Abad Molina y Ruiz de Velasco Gálvez, 2014, p. 4). Cuando observamos que el/la niño/a se dispone a jugar con algo, el lugar del adulto/a es el de acompañar ese jugar activamente.
Consideramos que el armado de un escenario lúdico en casa pone el acento en el intercambio cara a cara (y cuerpo a cuerpo) del niño/a con la persona referente de la familia, fortaleciendo el vínculo en el juego corporal.
Siendo el rol de los/las adultos/as durante la actividad acompañar y sostener el juego desplegado por los/las niños/as, resulta facilitador que no sea necesario que se realicen intervenciones de carácter pedagógico en el transcurso de la propuesta. Es en este observar, acompañar, esperar, dar lugar, sostener, hacer juntos, etc. que sucede el encuentro con el otro, donde realmente tiene lugar lo “estimulante” del vínculo.
Areán, Melisa. Licenciada en Psicomotricidad por la UNTREF, se desarrolla profesionalmente en los ámbitos educativo y socio-comunitario (en diferentes Centros de Primera Infancia y de manera particular). Participa desde el año 2018 en proyectos de investigación acreditados por la UNTREF, contando con una beca de investigación EVC-CIN en el período 2018-2019.
Falco, Fernanda. Licenciada en Psicomotricidad por la UNTREF, se desarrolla profesionalmente en los ámbitos educativo y socio-comunitario (en un Centro de Primera Infancia, coordinando el Proyecto de Compromiso Social Universitario “Familias de Guadalupe” y de manera particular).
Bibliografía
Abad Molina, J. y Ruiz de Velasco Gálvez, A. (2014) “La propuesta de las instalaciones”. Manuscrito inédito
Calmels, D. (1997) “Espacio Habitado” .Editorial, D&B. Buenos Aires
Calmels, D. (2010) Juegos de Crianza. El juego corporal en los primeros años de vida. Ed. Biblos 3era edición. Buenos Aires.
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